Los cambios profundos, como el que estamos viviendo actualmente con la digitalización, son al mismo tiempo una amenaza y una oportunidad.
La digitalización es una amenaza para aquellas empresas que tienen una buena posición competitiva pero no se adaptan rápida y adecuadamente al cambio. Y una oportunidad para todas las empresas que sepan intuir acertadamente como va a afectar la digitalización a su empresa, sus clientes y su entorno y sean capaces de realizar esa transformación con diligencia y eficacia.
Convertir la amenaza en oportunidad
depende por tanto de la habilidad para adaptarse al cambio que está suponiendo la digitalización en las empresas y en nuestras vidas. Como todo proceso de cambio las personas involucradas en el cambio deben ser formadas con capacidades y habilidades que se requerirán en el nuevo entorno.
Muchas empresas están poniendo en marcha estrategias y planes de transformación digital pero muy pocas todavía está formando a sus empleados en digitalización, Según las últimas estadísticas consultadas un 20% de las empresas no realiza formación digital a sus empleados.
El calado de la transformación digital es tan transversal y profundo que se ha convertido en una prioridad de los comités directivos de muchas empresas globales que han nombrado incorporado especialistas en digitalización en sus consejos de administración.
Y es que, a la necesidad imperiosa de cada empresa se ser excelente en lo que hace, las empresas ahora tienen que añadir la necesidad de saber adaptarse a los cambios que la digitalización está suponiendo a todos los niveles organizativos.
Porque la digitalización en las empresas afecta
a la manera como se relacionan con los clientes, con los empleados, a los procesos de negocio, a los procesos de toma de decisiones y a todas las áreas de la organización sin excepción.
Las empresas deberán ser conscientes de la importancia crítica que tienen los empleados y su formación en el proceso de trasformación digital. Deberán por tanto formar a sus empleados en habilidades digitales, nombrar equipos de transformación digital, definir una estrategia de digitalización adecuada y dotarla de un presupuesto significativo que permitan poner en marcha un plan de digitalización exitoso si quieren seguir siendo competitivas en un nuevo entorno digital.