DE LA JERARQUIA AL METALIDERAZGO

Estamos tan familiarizados con la jerarquía que ni siquiera nos planteamos otras formas de organización para gestionar las empresas.

La jerarquía es la primera y natural forma de adquisición de conocimiento en la infancia y continua siéndolo a medida que nos vamos educando en la escuela, en la universidad y posteriormente desarrollándonos profesionalmente en las empresas.

Este modelo paternal suele ser llevado a las organizaciones para ir generando estructuras jerárquicas organizadas por niveles. En estas estructuras la información y el poder se acumulan en los niveles superiores, que se distribuyen en cascada a los diferentes niveles de la estructura.

Estas estructuras piramidales requieren lideres con una mentalidad autocrática que fundamenten su liderazgo en el principio “mando y control” y se encarguen de distribuir y controlar la información.

Sin embargo, la irrupción de la tecnología está teniendo un impacto extraordinario sobre las organizaciones jerárquicas.

La contribución de la tecnología a la dispersión de la información en las empresas es hoy en día enorme.

Por ejemplo; SharePoint, la plataforma de colaboración de Microsoft que sirve para gestionar contenidos y colaborar con clientes y proveedores a través de la web sin una necesidad de un control jerárquico, cuenta con más de 200 millones usuarios en todo el mundo.

Por otra parte, la red social de trabajo colaborativo Yammer, líder mundial de la comunicación interna, cuenta con más de 8 millones de usuarios corporativos en todo el mundo. En Vodafone España más de 4500 empleados usan Yammer a diario para compartir conocimiento, solucionar dudas o hacer consultas en tiempo real.

La era de la colaboración ya ha llegado. Impulsada por la tecnología y las redes de trabajo colaborativo supone un nuevo paradigma, no solo en la forma de organización del trabajo, sino también en el estilo de liderazgo en las empresas. Hoy en día, las empresas ya no necesitan un liderazgo basado en el mando y control para transmitir la información y gestionar recursos.

En este contexto, las estructuras top-down no resultan eficientes para organizar el trabajo en red. La colaboración y el trabajo en red están dejando atrás el modelo de liderazgo tradicional basado en el mando y control, y abriendo el paso a un nuevo liderazgo basado en el aprendizaje y la adaptación.

Este nuevo liderazgo es un verdadero reto para las empresas, ya que se requiere un cambio de mentalidad profundo a lo que hoy entendemos por liderazgo. Por eso, nosotros le llamamos metaliderazgo.